Motivaciones y laxitud moral

 Motivaciones y laxitud moral

Recuerdo del 2023

No hace falta ser ningún lumbreras, basta ( utilizado en sus dos acepciones) con dos o tres sinapsis neuronales se sabe que los motivos de la Ley de Amnistía son imposición de Junts para la investidura de Pedro Sánchez.

El relato en todos los momentos históricos ha sido el encargado de la creación de los héroes y de los villanos, el mito, la épica y la rendición. En nuestros tiempos donde todo lo ( que no provoque un quebrantamiento del sistema) es desmenuzado en la "plaza pública" el relato es la piedra Rosetta en el que todo cabe.

El Quijote nos enseño que la variada percepción de las cosas depende del ángulo de visión que adopte el sujeto. Según Cervantes es falso creer que hay una sola posibilidad verdadera de percepción de las cosas, pues considera que hay tantas cuantas perspectivas diferente puedan darse. Este énfasis en lo subjetivo justifica todo cuanto de ha dicho sobre el idealismo en el Quijote.

Lo más importante en política, la de hoy y la siempre no son los acontecimientos como se han producidos sino como son contados. El relato es el encargado de modelar la realidad.

Yo diría que los escrúpulos morales nunca han sido un coadyuvante primordial en los cambios sociales. El fariseísmo y el cinismo han sido una constante a lo largo de la historia, es decir que los cargos de conciencia nunca han producido transformaciones sociales importantes.

Un ejemplo de ese fariseísmo rampante es la actitud de la Unión Europea en la guerra de Israel y Hamás, La UE condena a Hamás por terrorismo e Israel "se va de rositas" a pesar de los bombardeos indiscriminados de hospitales y refugios de la población civil, a pesar de tener a la población de Gaza cercada y recibir ésta a cuenta gotas, alimentos, electricidad y combustibles. La laxitud moral de la especie humana es dúctil y maleable.

Es la economía, estúpido la impulsora del ciclo de las mareas sociales, la que mueve montañas, la que nos despereza del sillón del ensimismamiento.

La ejemplaridad de la política está acorde con la del ciudadano. La conceptualización moral de la política está supeditada a los intereses de cada momento.

En unos meses toda la arquitectura moral creada tras la invasión de Rusia a Ucrania ha saltado por los aires con la guerra de Israel y Hamás, las distintas varas de medir. El diputado irlandés en el Parlamento Europeo Richard Boyd le echa en cara a la presidenta de la Comisión Europea y altos cargos de la UE su fariseísmo:

<< Si vamos a condenar, como debemos, los crímenes de guerra de Putin, debemos condenar simultáneamente todos los crímenes de guerra. Que no pida simultáneamente una investigación sobre los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad que está cometiendo el Estado apartheid de Israel>>.

La justicia humana en todos los momentos históricos es como la plastilina se acomoda a las circunstancias del momento, que diría Ortega.

Todo este exordio es para decir lo obvio, que no se va a provocar ningún tsunami democrático, ningún cambio de la calado en las expectativas electorales del PSOE y del PP tras la aprobación en el Congreso de los Diputados de la Ley de Amnistía, es decir, que los escrúpulos morales de la ciudadanía española "tienen una manga ancha". Lo si podría suceder es que al poner el foco de la noticia durante toda la legislatura sobre los privilegios del País Vasco y Cataluña provocará la lluvia fina de la que hablan los demoscópicos, y un menoscabo de las expectativas electorales del PSOE. Abrir la caja de Pandora de los agravios comparativos entre comunidades. No son los escrúpulos morales el motor de la historia sino la butxaca, el bolsillo