La fugacidad del tiempo

E s roja por la mañana, a la tarde se pone blanca y se deshoja por la noche. Cuando se abre por la mañana, roja como la sangre está. El rocío no la toca porque se teme quemar. Abierta en el mediodía, es dura como el coral. El sol se asoma a los vidrios para verla relumbrar. Cuando en las ramas empiezan los pájaros a cantar y se desmaya la tarde en las violetas de mar, se pone blanca, con blanco de una mejilla de sal. Y cuando toca la noche blando cuerno de metal y las estrellas avanzan mientras los aires se van, en la raya de lo oscuro, se comienza a deshojar. La rosa mudable de "Doña Rosita la soltera" o" El lenguaje de las flores", de Federico García Lorca A una rosa Ayer naciste, y morirás mañana. Para tan breve ser, ¿quién te dio vida? ¿Para vivir tan poco estás lucida? Y, ¿para no ser nada estás lozana? Si te engañó su hermosura vana, bien presto la verás desvanecida, porque en tu hermosura está escondida la ocasión de morir muerte temprana. Cuando te corte la...