La fugacidad del tiempo

Es roja por la mañana, a la tarde se pone blanca y se deshoja por la noche.



Cuando se abre por la mañana,
roja como la sangre está.
El rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía,
es dura como el coral.
El sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas de mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal.
Y cuando toca la noche
blando cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro,
se comienza a deshojar.
La rosa mudable de "Doña Rosita la soltera" o" El lenguaje de las flores", de Federico García Lorca

A una rosa
Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida?
Y, ¿para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para la vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.
Ya besando unas manos cristalinas,
ya anudándose a un blanco y liso cuello,
ya esparciendo por él aquel cabello
que Amor sacó entre el oro de sus minas,
ya quebrando en aquellas perlas finas
palabras dulces mil sin merecello,
ya cogiendo de cada labio bello
purpúreas rosas sin temor de espinas,
estaba, oh, claro sol invidïoso,
cuando tu luz, hiriéndome los ojos,
mató mi gloria y acabó mi suerte.
Si el cielo ya no es menos poderoso,
porque no den los suyos más enojos,
rayos, como a tu hijo, te den muerte.
A una rosa, de Luis de Góngora

La rosa
¿Has amado a una rosa,
la has visto florecer poco a poco
y a medida que los pétalos se abran,
te has embriagado con la fragancia?
¿La has visto bailar,
mojarse las hojas por el rocío
y estremecerse por un nuevo romance?—
el viento, también la amaba.
¿La has deseado
durante noches interminables
pero ahora su rostro no es más que un borrón,
cual recuerdo guardado por mucho tiempo?
¿Has amado a una rosa,
sangrado a causa de las espinas;
y cada noche jurabas soltarla
para luego amarla más al amanecer?

La rosa, de Lang Leav

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