Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe

 

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe

La desconfianza entre las partes provoca un pasito más hacia el abismo. La interiorización de que la solución al conflicto es con armamento nuclear.

Nadie se cree que Ucrania no notificó con antelación a la administración del presidente Trump el ataque masivo de Ucrania con drones FPV, que impiden que sean destruidos por inhibidores, a Rusia con el objetivo de destruir todos los bombarderos estratégicos de Rusia, la tríada nuclear de aviones estratégicos, un paso cualitativo de grandes dimensiones en la guerra .

Hace unos días Keith Kellogg, general retirado, enviado especial de Trump a Kiev para terminar la guerra daba a entender que la OTAN libra una "guerra proxy" contra Rusia.

Hace dos días Keith Kellogg en una entrevista en Fox News dijo: << Occidente está librando una guerra indirecta contra Rusia a través de Ucrania.

Ucrania es una "herramienta de presión" sobre Moscú y que Washington debería decidir cómo y cuándo utilizar esa herramienta.

Ayer decía keir Starmer, laborista como Tony Blair, primer ministro de Gran Bretaña: << Estamos preparando la guerra como objetivo central de nuestras fuerzas armadas >>.

No sé por qué el ardor guerrero que existe hoy en Europa me recuerda al que existió antes de la Primera Guerra Mundial. Todos olvidan las armas nucleares

Stefan Zweig escribe: Las primeras horas de la guerra de Europa:

<< En 1914, después de casi medio siglo de paz, ¿qué sabían las grandes masas de la guerra? No la conocían. Apenas habían pensado en ella.Era una leyenda y precisamente la distancia la había convertido en algo heroico y romántico. Seguían viéndola desde la perspectiva de los libros de textos y de los cuadros de los museos: espectaculares cargas de caballería con flamantes uniformes.El sonido de una marcha victoriosa sin apenas víctimas. Una veloz excursión al romanticismo, una aventura alocada y varonil. Una experiencia apasionante y maravillosa, por eso gritaban y cantaban en los trenes que lo llevaban al matadero >>.

Los horrores de la guerra, de Rubens